domingo, 19 de abril de 2009

Diane Nemerov y su poder fotográfico.






Exposición organizada en 1955 por Edgard Steichen, cofundador de Foto-Secesión, logro realizar una muestra de 503 fotografías de 273 fotógrafos de sesenta países, en esta parte déjenme comentar que México fue representado por Lola Martínez de Anda que al casarse se llamo Lola Álvarez Bravo; la intención fue que coincidieran para demostrar que la humanidad es [una] y que los Omo sapiens a pesar de todas nuestras lasitudes y vileza, somos seres atractivos. Los individuos de las fotografías eran de todas las razas, clases sociales, edades, colores y físicos. En gran cantidad eran cuerpos y rostros excepcionalmente bellos. Edward Steichen organizo esta muestra con la finalidad de que los espectadores se identificaran con la mayoría de los retratados, induciendo de algún modo a apreciar y valorar un estándar; una parte diría yo, de la belleza humana.

 

Pasaron diecisiete años antes que el poder de la fotografía atrajera de cuenta nueva a las masas al Museo de Arte Moderno, a la exposición retrospectiva de Diane Arbus en 1972, ciento doce fotografías realizadas por una sola persona, los expertos dicen que todas se relacionan de una o otra manera e imponen una sensación totalmente opuesta a la tranquilizadora calidez de la colección de Steichen. Como si volteáramos al lado opuesto y dejáramos las imágenes complacientes, de comportamientos humanos, Diane resalta otros rasgos, individuos diversos y casos extremos en mayoría feos, grotescos, desfavorecidos, freaks; pero… salta a la vista su mirada, casi siempre de frente a la cámara, honesta de franqueza y confianza en el momento del clic. En contraste la obra de Diane no invita al observador a reflejarse directamente con estos parias y los menos apreciados en sus retratos. La humanidad definitivamente no es [una].

 

Al la distancia, en los cincuenta se tenia un claro marcaje de lo que debía ser la imagen humana, la familia, la vida, la felicidad idealizada, entre ambos trabajos existe una ligera distancia uno es un estimulo, Arbus es un bienvenido a la realidad, ambas miradas han servido cada una en su tiempo y circunstancias para entender nuestra realidad, la de Steichen sugiere una naturaleza humana compartida por todos, pretenciosa de señalar que los individuos nacen, crecen, ríen, sienten y mueren del mismo modo  en todas partes.

 

Nos resistimos a aceptar y negamos la realidad de la historia, de las injusticias, diferencias, mezquindades creando conflictos como el de la franja de gaza.

 

Las fotografías de Diane dejan ver que todos somos extraños, enfadada mente aislados, paralizados de identidad y encerrados en relaciones atávicas y lisiadas. Claro abra unos que no… A Diane Nemerov nombre antes de casarse, le interesaron todos estos rasgos y horrores muy probablemente por haber nacido en un ambiente sobre protector, sus padres eran comerciantes judíos. Su almacén quedaba, nada más y nada menos, que en la Quinta Avenida en New York. Sin querer se instalo en una de las ramas más fructíferas de la fotografía artística concentrando la mirada en los des protegidos, los escondidos, claro con su propio toque compasivo, no se… ¿lo dejo a los comentarios?, para mí y muchos mas el referente (escondidos, des protegidos, feos, grotescos, desfavorecidos, freaks) se a transformado me siento al ver las fotos de Diane como anestesiado, sucedieron cosas que cambian todo, como las guerras en el Salvador, Argentina, Nicaragua, y por que no ¡Los Olvidados! de Luis Buñuel, más allá Kosovo, Kuwait Afganistán e Irak y recientemente Israel versus Palestina, y muchas otras cosas que no mencionaremos, estos hechos nos impresionan, pero la obra de Diane Nemerov seguirá siempre vigente para la Gran familia humana y la historia.

 

 Les dejo con una curiosidad.

 

Para D-Muerta por su propia mano.

 

Mi querida, me pregunto si antes del fin

pensaste en aquel juego de niños

al que seguramente jugaste, en el que

corres por encima del estrecho muro de un jardín

imaginando que es la cima de una montaña

con insondables precipicios a ambos la dos


y cuando sentiste que perdías el equilibrio

saltaste, porque temías caer, y pensaste

sólo por un instante:

 

Es ahora cuando muero.

Eso fue hace una vida.

 

Ahora ya no estás,
 te negaste a seguir jugando

el juego de los adultos 
en el que,

manteniendo el equilibrio en la cima

que corona la oscuridad se sigue corriendo

sin mirar abajo 
y nunca se salta por temor a caer.

 

Howard Nemerov

(escritor y poeta hermano de Diane)

1 comentario:

mounique dijo...

maravilloso el poema ....

has abandonado mucho este blog! que maaaaaaal :P